El tiempo apremia y la tensión en el Partido Demócrata de EE.UU. es alta. Muchos congresistas se apresuraron el domingo a apoyar a la vicepresidenta Kamala Harris como su elección para encabezar la candidatura.
La primera tarea de la vicepresidenta para asegurarse formalmente la nominación presidencial demócrata será acorralar a sus antiguos colegas del Congreso, recién envalentonados tras una exitosa campaña de presión para sacar al líder de su partido, Joe Biden, de las elecciones de 2024.
No hay un libro de jugadas para las próximas semanas. Pero entre las batallas más urgentes que se avecinan está la de transmitir rápidamente al público estadounidense un retrato más completo y convincente de una mujer que, a pesar de su alto cargo, ha sido sobre todo un personaje secundario menor en los dramas políticos que han ocupado a la nación.