Pese a las turbulencias que ha sufrido en términos de precio en los últimos meses, el litio es considerado un commodity fundamental para la electromovilidad y buena parte de sus reservas están en Sudamérica. No es de extrañar que algunas entidades europeas estén pensando que el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea (UE) pueda ser clave para que el Viejo Continente logre un acceso más directo al llamado “oro blanco”.
El bloque comercial sudamericano tiene entre sus miembros históricos a Argentina, que tiene un 13% de las reservas de litio del mundo, y acaba de incorporar como miembro pleno a Bolivia, que suele ser señalado como el gigante dormido de esta industria, ya que aún no produce como indica su potencial. También está Brasil, que ya exporta el recurso.
El banco holandés ING advierte que se espera que la demanda de baterías de litio aumente 12 veces para 2030, mientras que la demanda de la UE de metales raros, utilizados en aerogeneradores y vehículos eléctricos, aumente de cinco a seis veces para ese mismo año.