La exención militar para los judíos ultraortodoxos no es una ley, sino una disposición ejecutiva que se prolonga periódicamente y que existe desde el nacimiento del Estado de Israel, aunque hay varias sentencias judiciales que indican que viola el principio de igualdad que rige en la ley básica israelí.
División en el Gobierno y en la sociedad israelí
El Supremo israelí comenzó a principios de junio a escuchar argumentos en el caso de la exención militar de los judíos ultraortodoxos, que desde la formación del Estado de Israel pueden evitar el servicio militar obligatorio si estudian a tiempo completo en una escuela talmúdica (yeshivá).
Este asunto ha provocado grandes divisiones en la sociedad israelí y dentro del gobierno.
A comienzos de abril, expiró una norma temporal que permitía mantener la exención, y numerosos grupos de la sociedad civil han reclamado acabar con los privilegios de los ultraortodoxos, que representan alrededor del 13 % de la población israelí.
El Gobierno ha estado representado en este litigio por un abogado privado, ya que la fiscal general, Gali Baharav-Miara, se ha declarado en contra de la exención militar, llegando a declarar que el Ejecutivo actúa “sin autoridad” al tratar de prevenir el reclutamiento.
Tras la movilización masiva de unos 300.000 reservistas para la guerra en Gaza, que ya dura casi nueve meses, además de para batallones de soldados tanto en la frontera norte con el Líbano como en el territorio ocupado de Cisjordania, muchos israelíes reclaman a Netanyahu, que todos los jóvenes en Israel cumplan con su “deber” militar.
“Existe una necesidad nacional real de extender el tiempo de servicio de los soldados del ejército permanente y de extender el período de servicio de los reservistas. Por lo tanto, estamos obligados a llegar a nuevos acuerdos y tomar decisiones que no habíamos tomado en 75 años”, ha señalado sobre esta cuestión el ministro de Defensa, Yoav Gallant.