2 de septiembre (Reuters) – Arabia Saudita y Libia han financiado la compra de cargamentos de gas por valor de al menos 200 millones de dólares para ayudar a Egipto a aliviar su crisis energética este verano, en medio de una pronunciada caída en la producción de gas doméstico, dijeron dos fuentes de la industria familiarizadas con el asunto.
Egipto necesita unos 2.000 millones de dólares en gas para cubrir la demanda del verano hasta octubre, según una de las dos fuentes familiarizadas con el plan del gobierno, pero una crisis de divisas significa que carece de fondos para cubrir totalmente las importaciones de gas natural licuado.
“Sin el apoyo de nuestros amigos del Golfo, no podremos pagar estos envíos”, dijo una de las fuentes. Agregó que los funcionarios estaban buscando recaudar más dinero de los aliados.
Las dos fuentes dijeron que Arabia Saudita había financiado tres de los 32 cargamentos de GNL que El Cairo ha comprado hasta ahora este año, que según los cálculos de Reuters valen alrededor de 150 millones de dólares a los precios actuales. Libia compró un cargamento en julio por un valor de alrededor de 50 millones de dólares con fondos de la Corporación Nacional Libia del Petróleo, añadieron las fuentes. La factura del gas de Egipto y la financiación procedente de Arabia Saudí y Libia no se habían comunicado anteriormente.
Un portavoz del Ministerio del Petróleo de Egipto dijo que los detalles de la licitación del gas eran confidenciales. El gobierno saudí, el banco central de Arabia Saudí y la empresa estatal de energía de Libia, NOC, no respondieron a las solicitudes de comentarios de Reuters.
Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos han invertido decenas de miles de millones de dólares en Egipto para apoyar al presidente Abdel Fattah Al-Sisi, a quien consideran un aliado importante.
Egipto ha tenido que recurrir a cortes de suministro en el último año para mantener su red en funcionamiento en medio de una falta de suministro de gas y una creciente demanda, y la crisis energética cada vez más profunda está presionando el presupuesto de El Cairo, que se enfrenta a una pesada factura de subvenciones.