• Mié. Sep 18th, 2024

Impotencia, miedo y un ápice de esperanza: cómo afrontan los venezolanos la crisis poselectoral

La crisis poselectoral en Venezuela golpea a una de las poblaciones más vulnerables: los migrantes. Mientras el ente electoral ratifica que el mandatario Nicolás Maduro fue el ganador de las presidenciales del 28 de julio, la oposición defiende que el triunfo fue suyo. Las dudas sobre los resultados generaron declaraciones de parte de la comunidad internacional que el chavismo condenó y que fueron seguidas por la expulsión de diplomáticos de siete naciones latinoamericanas. Ahora, muchos migrantes no saben qué hacer, algunos de ellos quedaron prácticamente varados y, su futuro, que antes ya era incierto, se hunde más en la incertidumbre. Analizamos la situación en esta edición de Migrantes.

Muchos venezolanos en el exterior anunciaron que votarían en contra del presidente Nicolás Maduro en las elecciones del 28 de julio en Venezuela porque ansían detener el deterioro de su calidad de vida y, eventualmente, volver a su país, según la consultora Poder y Estrategia, con sede en Caracas.

El dilema previo a las elecciones de otros venezolanos era si salir del país era una solución a su situación y creían que eso lo definirían esos comicios.

No obstante, la incertidumbre cundió el proceso, con versiones encontradas sobre los resultados, y ahora miles de migrantes no saben qué hacer, en especial aquellos que, ante la crisis diplomática de Venezuela con varios países latinoamericanos, se encuentran en una incertidumbre extrema.

Migrantes revisa las historias de los que están a un paso de entrar a Estados Unidos y de aquellos casi varados en el exterior tras la suspensión de trámites en la representación venezolana donde residen, una situación que afecta a venezolanos en al menos siete países latinoamericanos.

Unos 7,7 millones de venezolanos han dejado su país desde 2014, según la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes -integrada por el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados y la Organización Internacional para las Migraciones-, una cifra que, no obstante, el Gobierno reduce a unos dos millones.

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