En menos de dos meses, Elon Musk aceptó una pelea con Nicolás Maduro, respaldó a María Corina Machado, enfrentó al juez más poderoso de Brasil, elogió a Javier Milei e hizo enojar a AMLO.
Sus actuaciones pueden analizarse desde dos perspectivas: la de un astuto empresario que ve en los líderes políticos de derecha la posibilidad de explorar nuevos mercados en Latinoamérica y la de “un multimillonario egocéntrico que busca decirle al mundo hacia dónde debe ir”, según un experto consultado por Bloomberg Línea.
Musk siempre ha manifestado su opinión sobre temas de coyuntura mundial y la atención que ha estado poniendo en Latinoamérica durante los últimos meses no puede pasar desapercibida y, por el contrario, invita a pensar a qué se debe.