La industria de convenciones y congresos tuvo un renacer después de la pandemia del Covid-19 y venció el mito que decía que la virtualidad reinaría tras los duros meses de confinamiento. Pero hay otro factor que está siendo un dolor de cabeza para este sector: la inflación.
En América Latina, el sector de turismo de negocios fue valorado en US$47.600 millones en 2023, de acuerdo con IMARC Group, firma que también estimó que este mercado podría alcanzar un tamaño de US$82.900 millones hacia 2032, con una tasa de crecimiento anual compuesta del 6,2% entre 2024 y 2032.
Sin embargo, este sector que permea a la industria de convenciones, se enfrenta a los altos precios de bienes y servicios, y otros factores macroeconómicos, que de manera constante cambian el escenario en el que los productores de eventos trabajan, buscando garantizar la asistencia y ser rentables.
“Si algo se reafirmó a partir del término de la pandemia es que los eventos presenciales son inigualables. Se necesitaba una pandemia para darnos cuenta de que la efectividad y la fortaleza de los eventos está intacta, e incluso redoblada”, dijo a Bloomberg Línea David Hidalgo, presidente de la Asociación Profesional de Gestión de Convenciones del capítulo México y CEO y cofundador de Tree Alliance.