JERUSALÉN (Reuters) – Los manifestantes israelíes salieron a las calles por segundo día el lunes y el mayor sindicato lanzó una huelga general para presionar al gobierno a que alcance un acuerdo para devolver a los rehenes que aún están en poder de Hamas, después de que se encontraran muertos a otros seis cautivos en Gaza.
La huelga interrumpió el transporte y los servicios médicos en varios distritos israelíes y muchas tiendas y negocios cerraron después de que el jefe del sindicato Histadrut, que representa a cientos de miles de trabajadores, convocara un paro nacional.
La recuperación durante el fin de semana de los seis rehenes, que según las autoridades fueron asesinados a tiros entre 48 y 72 horas antes de ser encontrados por las fuerzas israelíes, desencadenó una ola de dolor y furia en Israel, lo que llevó a al menos medio millón de personas a salir a las calles en Jerusalén y Tel Aviv el domingo.
Los manifestantes exigen que el primer ministro, Benjamin Netanyahu, alcance un acuerdo de alto el fuego con el grupo militante palestino Hamas para traer a casa a los 101 rehenes restantes.
El lunes, miles de personas volvieron a reunirse en Tel Aviv, ondeando banderas israelíes azules y blancas o portando fotografías de rehenes.
En Washington, el presidente estadounidense Joe Biden dijo que estaba cerca de presentar una propuesta final para un acuerdo para liberar a los rehenes, pero dijo que no creía que Netanyahu estuviera haciendo lo suficiente para lograr ese acuerdo.
El profesor Yehuda Ullmann, jefe de la división de cirugía del Hospital Rambam en Haifa, dijo que la huelga del lunes iba en contra de la corriente de los médicos dedicados a salvar a los pacientes.
“Pero ahora estamos en una situación muy, muy difícil, nosotros y todo el país, debido a los rehenes. Y ayer fue quizás el día más difícil”, dijo. “No podemos quedarnos al margen y es por eso que nos declaramos en huelga”.
Tras una intervención del ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, el Tribunal Laboral de Israel dictaminó que la huelga general debe terminar a las 14.30 horas (11.30 GMT), diciendo que la huelga no tenía base económica y era en gran parte política. Histadrut aceptó la decisión y canceló la huelga. Más tarde, en una reunión del gabinete, Netanyahu dijo que la huelga era vergonzosa en tiempos de guerra y que fortalecía la posición del jefe de Hamás, Yahya Sinwar. “Es como decirle: ‘Has asesinado a seis (rehenes) y estamos contigo'”, dijo el primer ministro, según los medios israelíes.