Los temores sobre la delincuencia y el incumplimiento de las promesas de reforma social están empezando a derribar a algunos de los líderes izquierdistas de América Latina, abriendo paso al regreso de gobiernos más favorables a los negocios en la región.
En Colombia, el primer presidente izquierdista del país, Gustavo Petro, ha presidido una economía moribunda, un aumento de la delincuencia violenta y un enorme éxodo de riqueza, todo ello mientras no mantenía su plataforma de reforma social.
En Chile, el presidente izquierdista Gabriel Boric ha intentado y fracasado dos veces en su intento de reescribir la Constitución. Ahora impulsa el mayor esfuerzo del país para detener la expansión del crimen organizado.
La izquierda se enfrentará a una prueba crucial el año que viene, cuando los votantes acudan a las urnas en Ecuador, Bolivia y Chile, y en 2026, cuando Brasil, Colombia y Perú celebren sus elecciones.