El ‘capitán’ que teje artesanías
“Mi esposa me enseñó a tejer hace 20 años”, dice con mucho orgullo Santiago (50 años) quien además es pescador apicultor y líder en su comunidad Guaraní en la provincia O´Connor, departamento de Tarija, Bolivia.
Él es mburuvisa (se pronuncia “buruvicha” en guaraní) que significa «capitán» en español. Es decir, representa a su comunidad de Yuati entre el pueblo guaraní. Dos hijos suyos y otros ocho hombres más se dedican junto a las mujeres a tejer portavasos, bolsos, aretes o pendientes, cofres y otros coloridos artículos guaraníes que están a la venta en un centro de artesanías local.
“Lo hago porque me gusta. Antes, cuando llegaba del campo de trabajar bajo el sol o de pescar, me ponía a tejer con mi esposa”, comenta.
Otra motivación adicional tanto para Santiago como para el grupo de tejedores es que la crisis climática y la generada por la pandemia han afectado el jornaleo y sus principales medios de vida, que son la pesca y la recolección de miel.
Sin embargo, los hombres y mujeres de Yuati tienen dificultades para vender sus artesanías hechas con hojas de palma. Esta planta es muy común en el Chaco, una vasta región semi-árida y semi-húmeda que comparten Bolivia, Paraguay, Argentina y Brasil, y que es hogar ancestral del pueblo guaraní.
Las largas distancias hacen difícil que puedan sacar sus productos a las grandes ciudades bolivianas. Los precios de venta son bajos y a veces no cubren sus costos, comenta Santiago. Un par de aretes está a10 bolivianos (US$ 1.45), que algunos clientes encuentran elevado, agrega.
Elizabeth Ávila (23 años) también enseñó a su esposo Juan Carlos Miranda (33 años) a tejer artesanías.
Elio Rujano