Acosta en Costa Rica, la historia de una comunidad destruida por una tormenta
y reconstruida por el desarrollo sostenible
El cantón de Acosta fue devastado a inicios de octubre de 2017, pero a principios de 2018 más de 400 personas, entre ellos líderes comunales, representantes de instituciones, agricultores, estudiantes, jóvenes y mayores, decidieron que el norte que debía guiar el camino de la recuperación debía ser el desarrollo sostenible plasmado en la Agenda 2030.
Acosta es sinónimo de montaña. En este municipio rural de Costa Rica los vecinos tienen un dicho: “Usted aquí baja o sube. Nada es plano”. La comunidad se encuentra en la zona más quebrada del país.
Pero la belleza impresionante de sus empinadas colinas de múltiples verdes, convive con un gran riesgo que ha venido afectando cada vez más a sus pobladores: el impacto del cambio climático.
El cantón de Acosta fue devastado a inicios de octubre de 2017. La tormenta Nate destruyó todo a su paso: casas, caminos, escuelas, cultivos, cañerías de agua potable y hasta el tendido eléctrico.
Los poco más 20.000 habitantes de aquella comunidad montañosa del sur de San José estuvieron incomunicados por días, sin agua, electricidad ni acceso a alimentos o medicinas.
El país entero se encontraba en una gran emergencia por el impacto de la tormenta y los acosteños sabían que las respuestas, la fuerza y la recuperación tenían que venir de ellos mismos.
Sabían como levantarse, pues el huracán Tomás, siete años antes, también les había golpeado con fuerza, pero tenían claro que esta vez esa recuperación debía ser diferente.
La respuesta de la comunidad
Cuando Norman cuenta lo que vivió, su mirada se pierde en el horizonte, como si buscara respuestas en los verdes intensos de las montañas. La voz se quiebra por los recuerdos de los “días más duros de su vida” y los músculos de su cara se tensan, como si no quisiera dejar escapar las emociones que marcaron su existencia para siempre.
Norman Hidalgo es el alcalde de Acosta desde 2016. Fue criado por su abuela y desde muy niño fue consciente de que algunas personas tienen menos oportunidades que otras. También que a las mujeres jefas de hogar les es más difícil salir adelante.
“Soy una persona rural, desde joven siempre fui activista ambiental y por los derechos de las personas. Fui voluntario en la Cruz Roja, integrante de juntas locales de salud y siempre he creído en la organización comunal”, comentó.
Norman contó que justamente fue la capacidad de organización comunal, el compromiso de las instituciones, pero sobre todo la vocación y acción conjunta de las personas, lo que permitió la gestación de una sólida red local que primero se enfocó en llevar alimentos y medicinas a quienes resultaron más afectados por la tormenta Nate y en un momento posterior, ya superada la emergencia, redefinir la ruta para la recuperación.
Iniciando el 2018 más de 400 personas, entre ellos líderes comunales, representantes de instituciones, agricultores, estudiantes, jóvenes, adultos mayores, decidieron que el camino de la recuperación debían ser los Objetivos de Desarrollo Sostenible*. “Fue una decisión de personas y no de políticos”, contó emocionado el joven alcalde.
Fue así que luego de muchas semanas de arduo trabajo, acuerdos e identificación de soluciones, Acosta tuvo su Plan de Desarrollo Cantonal enfocado en recuperar y reconstruir el cantón bajo las base de un desarrollo sostenible que diera una oportunidad a todas las personas, especialmente a aquellas que se habían visto más afectadas por los impactos climáticos.
El plan definió la necesidad urgente de asegurar el desarrollo social y económico de las comunidades, mediante una adecuada planificación, ordenamiento territorial y el desarrollo de infraestructura resiliente, todo ello asegurando la protección del ambiente.
Pero lograrlo no es tarea sencilla, más aún para un municipio cuyo presupuesto anual no sobrepasa los 2500 millones de colones (3,8 millones de dólares) para toda la gestión.
Pequeños pasos y grandes esperanzas hacia el desarrollo sostenible
Si bien hay grandes retos en el cantón, como la lucha contra la pobreza y la desigualdad, que todavía se han hecho más evidentes por los efectos de la pandemia por COVID-19, las personas de Acosta se sienten optimistas.
La cohesión social, la organización comunal y el sentido de pertenencia y participación en la toma de decisiones públicas ha contribuido a ese sentimiento.
Así, por ejemplo, uno de los proyectos más exitosos del cantón y que fue resultado del Plan Local, se llama “Presupuestos Participativos”. La idea es que sean las propias personas habitantes del cantón quienes definan en qué se usarán los impuestos que pagan. Los comités distritales elaboran las propuestas y las someten al Concejo Municipal. En el último año se apoyaron 15 proyectos locales para mejoramiento de vías, acueductos e infraestructura prioritaria.
Bajo una lógica similar funcionan los “Comités de Caminos”. Allí las comunidades se organizan para diseñar y presentar proyectos al municipio, los cuales detallan la magnitud de las obras e identifican los recursos que aportará la comunidad en contrapartida.
Otra de las prioridades se centra en asegurar un adecuado manejo de los residuos sólidos. El municipio ha pasado a dar el servicio de recolección de residuos sólidos a los cinco que conforman la totalidad del cantón.
Ante la imposibilidad de lograr que las empresas se asienten en el cantón por las características geográficas del terreno, la municipalidad está impulsando la capacitación en inglés y el servicio al cliente, entre otras habilidades, para que su población pueda brindar distintos servicios por medio de teletrabajo. La Alcaldía ha identificado que más de 3500 personas realizan teletrabajo en el cantón, lo que constituye una gran oportunidad para generar alternativas laborales y contribuir a la dinamización de la economía.
La transparencia también es importante. Todos los años el municipio va de gira a más de 60 pequeños pueblos del cantón para rendir cuentas de lo que se ha hecho con el presupuesto local y escuchar las valoraciones de las personas sobre el trabajo de la Alcaldía.
Costa Rica y los Objetivos de Desarrollo Sostenible
El Sistema de las Naciones Unidas recientemente hizo un balance sobre el cumplimiento de esos Objetivos en el país e hizo un llamado urgente para consolidar los avances y acelerar el cumplimiento de la Agenda 2030.
Allegra Baiocchi, coordinadora de ONU en Costa Rica, señaló que los impactos del cambio climático y la pandemia por COVID-19 han traído retrocesos a los avances que habíamos logrado durante las últimas tres décadas y entre esos impactos vemos los daños a la salud pública, el aumento de la pobreza, el desempleo y la desigualdad, que están afectando de una manera mucho más directa a las personas y regiones más vulnerables.
“Acosta nos está demostrando que la vía adecuada para la recuperación es a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, por lo cual podemos afirmar con seguridad que estos objetivos son más importantes hoy que nunca. El reto de todas las comunidades de Costa Rica es consolidarlos y asegurar que se convierten en una realidad concreta para cada habitante, sin importar en donde vive, su país de origen o su color de piel”, subrayó Baiocchi.
Cantones por el desarrollo sostenible
Experiencias como la de Acosta, abrieron oportunidades para promover la acción de más comunidades y gobiernos locales para cumplir con los Objetivos de la Agenda 2030.
Hoy son 32 los municipios participantes (de 82 cantones que tiene el país) de la Red de Cantones Promotores de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, un programa liderado por el Ministerio de Planificación, el Instituto de Fomento y Asesoría Municipal, con el apoyo de las Naciones Unidas.
Cuentan con un acompañamiento específico que incluye asesoría y cajas de herramientas para articular los Objetivos a nivel local con recomendaciones para manejo de presupuestos, planificación y operacionalización de proyectos, así como una plataforma para compartir buenas prácticas con los demás gobiernos locales participantes, impulsando la colaboración.
A su vez, esta Red se ha convertido en un espacio de articulación entre los gobiernos locales y las instituciones de gobierno nacional, organismos de cooperación, y la comunidad internacional para identificar soluciones a los desafíos del desarrollo sostenible en cada comunidad.
Esta iniciativa además se articula con la iniciativa Cantones Amigos de la Infancia y Ciudades Amigables con las Personas Adultas Mayores que desde hace varios años impulsan UNICEF y la Organización Panamericana de la Salud en Costa Rica y que, articuladas, buscan fortalecer las capacidades de los cantones para atender a las poblaciones vulnerables, pero además consolidar un enfoque integrado en la implementación de los Objetivos a nivel local.
Las Naciones Unidas continúan trabajando junto a sus socios para lograr que en el corto plazo muchos más gobiernos locales se sumen a la iniciativa y asuman el compromiso de contribuir al cumplimiento de la Agenda 2030 en sus propias comunidades.
* En septiembre de 2015, Costa Rica junto a otros 192 países acordaron que el planeta necesitaba un desarrollo centrado en las personas y la protección del entorno. Fue así que construyeron la Agenda 2030 y asumieron el compromiso de cumplir con 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.