La naturaleza, el aliado más efectivo contra el cambio climático
La naturaleza es “una de las formas más eficaces” para combatir el cambio climático y debe ser parte esencial de todos los planes para reducir el calentamiento global. Contando con ella, se puede reducir hasta un tercio las emisiones de gases de efecto invernadero que se necesitan a nivel mundial de aquí al 2030.
Cómo la naturaleza puede ser nuestro mejor aliado para revertir el cambio climático es una de las nueve áreas en la que se centrará la Cumbre sobre la Acción Climática, convocada por el Secretario General, que se celebra este lunes 23 de septiembre en Nueva York.
La directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente será la encargada de defender ante los líderes mundiales la necesidad de combatir el calentamiento global con soluciones basadas en la propia naturaleza.
Andersen nos explica las estrategias que podemos poner en marcha.
¿Cómo está afectando el cambio climático a la naturaleza?
El clima mundial está cambiando rápidamente y estos cambios son evidentes a diario. Las temperaturas medias están subiendo, los patrones de lluvia están cambiando y el tiempo en muchas partes del globo es más errático y menos predecible que en el pasado. Los efectos se extienden a lo largo y a lo ancho; los hábitats naturales están cambiando, la biodiversidad se está perdiendo, los ciclos de la agricultura se ven disrumpidos y la escasez de agua está volviéndose algo cada vez más normal.
Los peligros tales como las inundaciones, las sequías, los huracanes y las olas de calor se están haciendo más intensos y frecuentes, destruyen casas, infraestructura y ganado, y cuestan miles de millones de dólares. La crisis climática amenaza el bienestar de la gente y su alimentación, y está empeorando las condiciones de la pobreza.
En junio de este año, el Secretario General dijo que el mundo necesita crear las condiciones para “la armonía entre la humanidad y la naturaleza”.
¿Qué significa la idea soluciones basadas en la naturaleza?
Se trata de acciones que protegen o restauran ecosistemas naturales y los gestionan de una manera sostenible y, a la vez, abordan desafíos sociales suministrando, por tanto, bienestar a los humanos y beneficios a la biodiversidad. Así que, ya se trate de alimentación, cambio climático, acceso al agua potable, salud, gestión del riesgo de desastres o desarrollo económico, la naturaleza puede ayudarnos a encontrar el camino.
El cambio climático es una parte importante en la solución del rompecabezas. Hay muchas formas de abordar el cambio climático, pero una de las más efectivas e inmediatas está en el umbral de nuestra puerta… la naturaleza.
Por ejemplo, las soluciones basadas en la naturaleza pueden centrarse en reducir las emisiones producidas por las prácticas agrícolas o de deforestación y mejorando la capacidad de los ecosistemas naturales para eliminar dióxido de carbono de la atmósfera. Hay que recordar que es el dióxido de carbono el que contribuye a los gases de efecto invernadero que conducen al calentamiento global.
La Cumbre sobre la Acción Climática nos ofrece una oportunidad para catapultar soluciones basadas en la naturaleza en la vanguardia de la acción para mitigar los efectos del cambio climático.
¿Qué espectro de soluciones está disponible?
La mayoría de las soluciones vienen de reforzar o restaurar los ecosistemas naturales existentes. Por ejemplo, los bosques no solamente absorben carbono, también nos defienden de los impactos más devastadores. Plantar árboles de manera cuidadosa puede actuar como cortafuego o aliviar las inundaciones gracias a su forma de absorber agua como esponjas; colocar árboles cerca de los campos de cultivo puede protegerlos contra la acción erosiva de las lluvias; cambiar nuestras prácticas sobre la tierra de cultivo puede reducir un 30% de las emisiones, logrando el objetivo establecido en el Acuerdo de París.
Restaurar las turberas y otros ecosistemas naturales es también una forma de solución basada en la naturaleza.
¿Cuán efectivas son estas soluciones y cuál es su coste financiero?
La naturaleza está disponible ahora y debemos usarla; no hay rápidos parches tecnológicos que tengan la misma escala de impacto que ofrecen las soluciones basadas en la naturaleza. De hecho, estas soluciones pueden suministrar más de un tercio de la reducción de emisiones que se necesitan a nivel mundial de aquí al 2030.
Crucialmente, lo que se necesita es un aumento urgente en la inversión para desbloquear el potencial de la naturaleza. Ahora mismo, estas soluciones reciben menos del tres por ciento de la financiación para el apartado climático, incluso cuando son las más efectivas. Además, ofrecen una rentabilidad muy alta en las potenciales inversiones, añadiendo billones de dólares a la economía mundial. Por ejemplo, la creación de la Gran Muralla Verde es un ambicioso proyecto para revertir la desertificación en la región africana del Sahel y puede llegar a crear hasta diez millones de empleos de aquí al 2030, teniendo beneficios secundarios como la reducción de la migración.
Estas soluciones tienen que ser integradas en los esfuerzos por la adaptación al cambio climático y la mitigación de sus efectos. A nivel mundial, los Gobiernos deben alinear sus esfuerzos y comprometerse a invertir en estas soluciones como parte de sus políticas nacionales.
Ha dado algunos ejemplos, pero ¿cuál es el peso de estas soluciones en la lucha contra el clima?
La cuestión final es que no podemos limitar el calentamiento global a 1,5 ó 2 grados centígrados sin soluciones basadas en la naturaleza. Estas tienen el potencial de reducir las emisiones de carbono en 12 gigatones anuales, lo que equivale a las emisiones de todas las centrales térmicas basadas en el carbón en todo el mundo. Al mismo tiempo, es importante tener en cuenta que, primero, aumentar nuestras ambiciones exige comprometerse simultáneamente en una transición energética y una mayor inversión en la naturaleza; y segundo, si no actuamos ahora, la capacidad de proteger a la humanidad disminuirá aún más. Así que la naturaleza está en la mesa como una solución a la cuestión climática, pero solo si aprovechamos el momento. Las buenas noticias son que la naturaleza perdona y es hora de darle la oportunidad que merece.
¿Hay los suficientes proyectos basados actualmente en estas soluciones como para hacer una diferencia?
Estamos en un periodo de emergencia mundial, pero también en un momento de impulso sin precedentes. La gente joven nos está exigiendo responsabilidades y, cada semana, un Gobierno en alguna parte del mundo, se compromete a tomar medidas. Las soluciones basadas en la naturaleza están disponibles inmediatamente, son rentables y pueden aumentarse dependiendo de las necesidades. Cualquier país puede actuar.
Tenemos muchos ejemplos existosos. Cuando se complete la Gran Muralla Verde en 2030, la tierra restaurada absorberá el equivalente a mantener aparcados todos automóviles de California durante 3,5 años. En Nigeria, la reforestación ha mejorado la cobertura forestal, reduciendo de tres horas a 30 minutos el tiempo en el que las mujeres tienen que ir a buscar leña. Y en Medellín, en Colombia, se han reducido las temperaturas en 2 grados convirtiendo sus junglas de cemento en bosques urbanos.
Así que necesitamos aumentar estas iniciativas, construir sobre el momento político actual y proveer soluciones a una escala y un ritmo que nos lleve más allá de las ambiciones del Acuerdo de París porque cuando le damos una oportunidad a la naturaleza, tenemos una mayor oportunidad de lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible.